EL HABITÁCULO DEL SOÑADOR

Personalidad interpretada

Como todas las tardes que tenía libres, Guille iba a casa de su novia Xenia. Pero esa tarde en especial llovía, cuando hacía tres meses que no caía ni una gota en Hill Valley.

Mientras Guille se limpiaba sus combers nuevas en el felpudo del vestíbulo, mientras maldecía su ocurrencia de estrenarlos con el día que hacía, Xenia le dirigía una mirada que no era exactamente felicidad por la visita, sino, una mirada de pocos amigos.

         ¿Qué haces aquí? ¿Es que no te has dado cuenta que esta lloviendo, imbécil?- Guille, sin mirarla, hizo un silbido parecido a la caída de una bomba durante un bombardeo-. Tienes el pelo totalmente mojado, sin hablar de la ropa, ¿y el paraguas que te regale? ¿Ya lo has perdido?

         Aihh, lo olvide en casa de mi tía el otro día, y además, cuando salí de casa no llovía.

         Anda, pasa al comedor y siéntate junto a la chimenea, para que te seques un poco.-Xenia se acercó a la ventana. Su mal humor iba en aumento y además Guille estaba untando el suelo de barro con las combers. Alguien lo iba a pagar caro-. No tendrías que haber venido hoy con el día que hace, estás tonto perdido. A ver, ¿que hacemos? Porque ir al centro comercial esta tarde es de locos. Y jugar a las canicas como que tampoco.

         ¡ Vaya como estás de insoportable esta tarde!, si lo llego a saber me quedo en casa jugando a la play. ¿Se puede saber que te ocurre?

         Es por este mal tiempo. Cuando llueve me pongo de muy mal humor. No me gusta estar encerrada en casa. Es deprimente. Tengo la sensación de que me falta aire y encima vienes tu de cachondeo y llenándomelo todo de mierda. Luego es a mí a quién regañan, ¿sabes? –Guille, se levanta del sillón, ya seco, y se acerca por detrás de Xenia agarrándole la cintura juntado su cara con la suave mejilla de ella, y uniéndose a la contemplación de la lluvia a través de la ventana -.

         Yo no lo veo tan malo. Es sorprendente como cae agua del cielo, y a tanta altura. El ciclo del agua es sumamente extraordinario. Gracias a él la vegetación se riega de forma natural, sino se secaría.

         ¡Que raro eres! Pues a mí no me parece nada de extraordinario.- Guille dibujó una sonrisa al contemplar la actitud negativa de su novia a través del reflejo de la ventana. Xenia se percató del reflejo-. ¿Ahora de que te ríes si se puede saber?

         De nada, solo es que al ver nuestro reflejo me ha producido una sensación de orgullo y además se me ha ocurrido una teoría bastante interesante.

         Ya está el filosofeando con sus teorías. A ver, cuenta.

         Bueno, en realidad llevo tiempo desarrollándolo. Es sobre el reflejo que los demás ven de tu interior, de tu personalidad. Verás, la gente no te interpreta como eres en realidad ya que no pueden escuchar unos pensamientos que florecen en tu interior, pero que no puedes comunicar ya que no existen palabras adecuadas, solo puedes comunicar aproximaciones a través de los gestos. Nuestras palabras son ingeniosas fórmulas cuyos resultados infinitos se comente un margen de errores relativamente pequeños pero sin embargo considerables e intransigidles, al igual que un GPS puede cometer un margen de error de tres metros respecto a su posición pero a la vez importante en cuanto a su localización exacta. Nadie puede ver dentro de nosotros ni saber qué y cómo pensamos. Nos valoran y describen a partir de nuestro aspecto, acciones y palabras, pero no pensamientos. Cuando hablas de la personalidad de una persona estas realizando una aproximación pero no de su personalidad “entera y verdadera” porque al igual que tu te puedes equivocar en un número cuando realizas una operación, puedes describirla de manera errónea, ¿entiendes, lo que quiero decir? Solo nosotros mismos encontramos sentido a lo que hablamos, pensamos y escribimos, los demás interpretan.

         Vale, digamos que lo que dices es cierto y que tiene sentido. Pero que me dices de la interpretación de lo sentimientos o de los gestos que tiene hacia ti una persona, ¿Estás diciendo que es fácil adoptar una personalidad falsa que no es la tuya y engañar a la persona ajena a través de tus falsos actos y palabras?

         Si y no. Solo puedes engañar a una persona si tus movimientos y gestos acompañas tus palabras. De lo contrario te estás delatando.

         No entiendo exactamente hasta donde quieres llegar o que quieres decir con eso. ¿Cuándo sabes que los gestos y las palabras de una persona no concuerdan?

         Te explico. Cuando he entrado hace un momento en tu casa no parabas de quejarte de mi venida y de insultarme, sin embargo en el fondo se advertía  que estabas sorprendida de que ni la lluvia me impidiera venir a verte. Tus ojos soltaban un brillo de felicidad y de sastifación al verme. Además, cuando me has visto mojado y me has soltado toda esa pedorreta, en tu tono se advertía preocupación, y se ha hecho más evidente cuando de forma inconsciente me has ordenado sentarme al lado de la chimenea para secarme. Este sería un ejemplo de entre tantos. ¿Entiendes ahora cuando digo que los gestos no siempre acompañan las palabras? Aunque claro, como también te he dicho antes, esta interpretación de tus reacciones es una aproximación de lo que de verdad pensabas o sentías, y puede que hasta incorrecto.-Xenia se da la vuelta y dirige su mirada hacia Guille a la vez que le rodea el cuello con sus brazos-.

         Muy bien Einstein, y ahora que es lo que ves.

Pues por la posición que has adoptado rodeándome con tus brazos y por el brillo intenso que emiten tus ojos diría que estas a punto de besarme y decirme lo mucho que me quieres.

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